Diarios de Activismo: ¿Quién soy y quién quiero ser?
“Necesitaba esta charla para volver a tener esperanza que alguien como nosotras, del interior del país y que no vive en una gran ciudad, pueda llegar a Naciones Unidas”, me dijo una chica cuando finalicé una charla con estudiantes universitarios de mi provincia, Salta, Argentina. Su comentario me recordó cómo me sentía cuando era más chica, cuando estaba en el colegio o incluso en mis primeros años de universidad. Siempre repito “tus sueños no te quedan grandes” porque alguna vez yo también no me permitía soñar algunas cosas, porque pensaba que alguien como yo, del interior del país, sin contactos, sin una familia con dinero, no podría alcanzarlos.
Mi sueño nunca fue ir a Naciones Unidas porque creo que eso es un medio, no un fin, pero sí fue trabajar en un lugar donde pueda marcar la diferencia. Cuando descubrí mi propósito entendí que participar de esos espacios era fundamental para asegurar que todos puedan acceder a la educación, trabajar a la par a nivel local y global para generar cambios estructurales.
Pero volvamos al comentario con el que inicio este blog, una de las razones por las que trabajo por la educación se relaciona directamente con su comentario: con que todos podamos acceder a increíbles oportunidades y animarnos a soñarlas también sin importar el lugar de donde vengamos ni el nivel socioeconómico de nuestras familias.
Tener oportunidades increíbles como viajar por el mundo y alzar mi voz por la causa que tanto me moviliza me hicieron reflexionar, más allá de mi activismo, sobre quién soy y quién quiero ser también. Porque los viajes, los escenarios mundiales, que te inviten a ser orador u oradora pueden distraerte y darte una noción errada de por qué estás ahí, y desviar el foco de lo importante. Porque el objetivo mayor no es cómo estés vestida, con cuántos ministros o líderes mundiales hables o ante cuántas personas des un discurso, lo importante es ¿por qué es relevante estar en este espacio? ¿las voces de cuántas personas estoy amplificando? ¿estoy usando esta oportunidad con responsabilidad para generar impacto por la causa que trabajo? ¿las acciones que realizo hacen a una causa más grande?
Hay cosas que te quedan grabadas para siempre y algo que tengo grabado muy dentro es lo que mi mamá me decía desde chica: “no te olvides nunca de dónde venís”; y creo que todos deberíamos tener eso muy presente, para que las circunstancias, trabajos u oportunidades que tengamos no borren nuestra esencia. Por eso intento ante CADA OPORTUNIDAD mostrar mucha gratitud, porque normalizar cosas que no son comunes y son extraordinarias nos aleja de asimilar la gran responsabilidad con la que vienen esas oportunidades. También tengo muy claro que no importa con qué ropa esté vestida, con quién esté hablando, a qué país esté viajando o qué tan grande sea el escenario donde esté, estoy ahí para trabajar por la educación, para seguir el legado que me dejó mi abuelo del poder de la educación, luchar para que sea efectivamente un derecho y honrar todos los sacrificios que mi familia hizo para poder estudiar.
Soy mi historia porque eso también se relaciona directamente con por quétrabajo por la causa que trabajo y por qué el derecho a la educación me moviliza desde lo más profundo. Llevo como estandarte de donde vengo para no olvidarlo en el camino, porque me hizo quien soy, porque me enseñó empatía, humildad y porque me generó un sentido de responsabilidad muy grande. Esto no es un juego para mí, ni las oportunidades, ni los viajes, es trabajar por algo más grande, por asegurar un derecho, por llevar la mayor cantidad de voces posibles, por crear cambios que perduren, es por romper las desigualdades de origen, por crear un movimiento.
Costó mucho llegar donde estoy hoy pero si quisiera que quede algún mensaje es que “si yo pude, vos también” y que no importa qué tan lejos llegues, siempre tené presente por qué hacés lo que hacés, cuál es el sentido mayor, más allá de nosotros mismos. No dejes que circunstancias, oportunidades o trabajos te hagan olvidar tu esencia y tu por qué. Espero que nunca “no te permitas” soñar algo y que también te preguntes conscientemente ¿quién sos? y ¿quién querés ser? en tu camino de trabajar por algo más grande.